27 ene 2013

Don Humberto Ricalde, Arquitecto y Amigo


El arquitecto mexicano Humberto Ricalde, El creador, catedrático de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), nació en Mérida, Yucatán pero radicó casi toda su vida en la ciudad de México.




De acuerdo con la revista Arquine, Ricalde colaboró con diversos colegas, entre ellos Augusto Álvarez, a quien reconocía como su maestro. Dibujaba para Barragán junto con Giovanna Rechia, su esposa.

La obra del arquitecto apareció en suplementos y medios especializados. También escribió prólogos y fue compilador de los textos reunidos en Lo mejor de lo mejor: Arquitecturas mexicanas 2001-2010.

Dedicado a la cátedra, Ricalde dio clases en distintas universidades y facultades de arquitectura, principalmente en el Taller Max Cetto de la Facultad de Arquitectura de la UNAM, añade Arquine.

Entre la obra de Humberto Ricalde destaca el conjunto Unidad Latinoamericana con Félix y Luis Sánchez, y el edificio Prados Sur con Moisés Becker.


Como un iconoclasta, un ser entrañable, crítico excelente, arquitecto de primera, un maestro ejemplar, motivador y apasionado, y como la figura más importante para la arquitectura en México en los últimos 30 años, describieron ayer sus discípulos, colegas y amigos a Humberto Ricalde.

El bajo perfil que caracterizó al arquitecto Ricalde contrasta con la manera como es recordado.

Muy conmovido, el también maestro de arquitectura en el Taller Max Cetto de la UNAM, José María Bilbao -quien a su vez fue su alumno- recordó que en diciembre la UNAM le otorgó una medalla por 40 años de docencia.

Fue un líder intelectual que deja un gran vacío, comentó en entrevista Mauricio Rocha, otro de sus alumnos:

“Humberto es por mucho el personaje más importante de la arquitectura mexicana de los últimos 30 años -dijo Rocha-; se manejó de muy bajo perfil, no quiso hacerlo desde su propio estudio o apareciendo en mil lugares, sino desde el otro lado: el del lápiz y el papel; él influyó en la gente que hoy está marcando diferencia en la arquitectura contemporánea mexicana”.

Desde el Taller Max Cetto, desde revistas como Traza en el diario unomasuno, Trazos y Arquitectura, desde las conferencias que escribía, o en los libros en que participó, “Ricalde estaba ahí para poner en discusión lo que se estaba haciendo en el país, para pensar con arquitectura, lograr llevar nuestro oficio al pensamiento y a la reflexión, y para hacer una arquitectura más responsable”, recordó Mauricio Rocha.

Como arquitecto, Ricalde no tenía un estudio propio, sino que participaba con otros arquitectos, como Félix Sánchez, Alberto Kalach, Alfonso López Baz y Javier Calleja, y Moisés Becker.

En una entrevista con El Informador, Ricalde dijo en 2012 que una de sus obras de arquitectura predilectas fue el Conjunto Unidad Latinoamericana que creó con Félix y Luis Sánchez, y que se ubica entre Avenida Universidad y Cerro del Agua, en la ciudad de México.

Al ser cuestionado sobre lo que tiene de más o lo que le falta a la arquitectura, Ricalde dijo entonces: “Le quitaría excesos de interpretación intelectual y racional, y me acercaría más a un entendimiento integral de la arquitectura. Más reflexión y menos intelectualización”.

La enseñanza, su gimnasia

“Tenía una metáfora muy bonita: como iba en las mañanas a la escuela (UNAM), desde las siete hasta la hora de la comida, durante 40 años, decía que en la mañana iba a hacer gimnasia, y en las tardes, a producir su ejercicio profesional auténtico, a trabajar”, narró Bilbao, quien agregó: “no sólo trabajaba, pensaba y producía arquitectura, sino que la contagiaba, la traía a flor de piel”.

Rocha recordó que Ricalde “decía que sus “libros tienen piernas”: “Señalaba a algunos de sus alumnos. Desde la academia, desde la parte profesional, siempre estuvo liderando un grupo de arquitectos apasionados, siempre con un compromiso político, con un compromiso ético. Nos deja la responsabilidad de seguir el ejemplo de, con humildad, transformar el país”.

Desde Barcelona, Miquel Adrià, director de Arquine, expresó: “Humberto era un personaje entrañable. Era un iconoclasta, un crítico excelente, un arquitecto de primera; excelente proyectando, siempre andaba con su lápiz. Fue maestro en el mayor sentido de la palabra; le hacía abrir los ojos a sus alumnos, les enseñó que había que hacer crítica con el lápiz y proyectar con el pensamiento. Gracias a él hoy existen arquitectos como Mauricio Rocha, Javier Sánchez y otros más. Se distanciaba de la arquitectura de los arquitectos estrella y estuvo más cercano a los arquitectos de buen oficio”.

Para Arquine, Ricalde acababa de concluir el libro Lo mejor de lo mejor: arquitecturas mexicanas 20012010, que se presentará el 24 de enero en Culiacán 123, Condesa.
Fuente: El universal

Su trabajo lo llevó a países como Finlandia, Liechtensein e Italia; colaboró con Augusto H. Álvarez, Andrés Casillas, Sánchez arquitectos, Grupo L. B. C., y Becker arquitectos como asesor y proyectista. El portal www.reocities.com surgió de un esfuerzo de Ricalde.

En su actividad dentro de la UNAM destaca la cátedra que impartía en la Facultad de Arquitectura dentro del taller Max Cetto. Taller que hace dos meses se posicionó en segundo lugar en el certamen internacional Campus Urbano, organizado por la Università Commerciale Luigi Bocconi, de Milán, Italia.

En entrevista para el informador.com en septiembre de 2012, confesó que algunas de las obras que llevaba en el corazón eran “el conjunto Unidad Latinoamericana con Félix y Luis Sánchez que está entre avenida Universidad y Cerro del Agua, son mil 640 viviendas. No está firmada, pero fue maravilloso hacerla. Con Moisés Becker un edificio en Prados Sur, publicada en Arquine, es un edificio para oficinas para una agencia informática. Con Alberto Kalach, dos edificios en concreto que yo desarrollé ejecutivamente, digámoslo así.
Fuente: 24 horas

Sus alumnos lo describen como un hombre que disfrutaba de la impertinecia y se complacía en ejercerla; un hombre que vivió y pensó la arquitectura con una intensidad que pocos alcanzan.

Humberto Ricalde siempre hablaba de arquitectura pero no entendía a quienes sólo hablaban de arquitectura, lo que leía, lo que veía, lo que cocinaba, comía y bebía, la vida, pues, era todo parte de ese pensar con arquitectura. Eso le enseñó a muchas generaciones por más de cuarenta años de aprender, con ellos, a pensar y hacer arquitectura. él mismo vivió y pensó –la arquitectura y la vida– con una intensidad que pocos alcanzan –doble disciplina lo llamaba él: entregarse al trabajo y entregarse a la vida por completo.


Durante los últimos años visito La Universidad Marista de Mérida dando talleres y llevando sus enseñanzas y experiencias a todos.
Descanse en paz maestro y amigo Humberto Ricalde 1942 2013



Libros en gandhi de Humberto Ricalde

1 comentario:

Anónimo dijo...

Adios a un gran maestro que amaba la arquitectura...